Octubre Rojo

Dias y dias, hasta meses han pasado desde que se acabó el frio y el miedo.
Verano largo y caluroso ha traido otoño rojo, rojo de calor y de frio.
De las dos primaveras esta parece la buena de este dos mil trece, aunque los brotes sean más pequeños y menos tiernos son más firmes y fuertes, adaptados al frio y a la oscuridad que es lo que les espera y a resistir hasta que salga el Sol, que hay que estar para verlo, estirarse y crecer y nosotros a esperar que la cosecha este para recoger. Si la cosecha es buena aunque sea pequeña comeremos todos, unos más que otros; algunos ni comeran porque no habrá para todos.
El rojo es el color de los extremos del climax y de la alarma y en este viaje en el tiempo y el espacio en el que nos encontramos inmaresos viajamos siempre en rojo, unos en climax y otros en alarma.
Los del climax son pocos y muy grandes y el climax muy fuerte, los de la alarma son muchos y muy pequeños y la alarma muy grande y muy roja.
Habrá que darle tiempo, mucho tiempo para que de la tierra yerma geminen los brotes verdes, crezcan y maduren, algunos maduraran en rojo y otros en multitud de colores, entonces nos encontraremos en la normalidad, en esa normalidad.

La Tercera Guerra Mundial

Siempre ha habido incendiarios y agitadores que incitan y anuncian grandes calamidades y males para toda la humanidad, que no dejan de ser meros corre ve y diles. Pero en esta ocasión no se ha anunciado ninguna guerra ni mal alguno para la humanidad, se ha hecho en silencio, con mucha sutileza.
Todos los imperios, por muy grandes y poderosos que hayan sido han caído, es el devenir de los tiempos que todo lo corrompe y carcome y la avaricia que no se sacia con nada ni con los grandes beneficios ni con las vidas de los que quedan por el camino.
Y son esos grandes imperios, multinacionales insaciables los que quieren cambiar por la fuerza las fronteras y anexionarse todas las riquezas de este planeta, y fueron ellos los que casi sin darnos cuenta nos han metido en la tercera guerra mundial, que como todas las guerras empieza con un insignificante detalle, ésta con un cambio de moneda y como todos los ríos conducen al mar y este planeta es mayoritariamente mar ahí estamos en la confrontación de todos los mundos, guerra sin cuartel, todos contra todos, vale todo, que es la guerra y la guerra mata y destruye, y hay ejércitos muy bien equipados y adiestrados para hacer el máximo daño posible, pero estos ejércitos no son militares al uso aunque usen las técnicas militares más atroces, son gurus de la cienciologia que crean sinergias y miden indicadores para potenciar las conversiones en resultados de negocio.
Esta guerra tiene muchos frentes y muchas pequeñas batallas, pero hay un gran frente brutal y encarnizado donde mutan los ejércitos y se libran las grades batallas en la lucha por la superioridad tecnológica y el que se impone invade el mundo con sus artefactos salidos de las granjas de los derrotados, por muy numerosos que estos sean.
Esta guerra será larga, muy larga, mucho más larga que un día sin pan, se han inventado todo tipo de armas verdaderas y falsas para matar y destruirlo todo, solo podemos sobrevivir nosotros que somos los mejores y por tanto los más poderosos y tenemos que aniquilar a los débiles que no son válidos ni productivos sino no estarían en esa situación y seriamos nosotros los aniquilados, recordamos esa frase mítica » Quien renuncia a luchar en un mundo cuya ley es una lucha constante, no merece vivir » o esta otra no menos preocupante » Cuando se inicia y desencadena una guerra lo que importa no es tener la razón, sino conseguir la victoria » y en eso estamos en luchar por que sino no merecemos vivir y lo importante es la victoria, después ya impondremos nuestra razón, que al fin y al cabo somos los que hemos ganado, por lo tanto estábamos en lo cierto en el buen camino, en la completa verdad.
Estamos indefensos ante el avance sin demora de las órdas salvajes que lo destruyen todo por pequeño e insignificante que sea, aunque no signifique ningún peligro para ellos, hay que exterminarlo todo, que no quede ningún rastro.

Tiempos difíciles

Como dice la canción » Cómo han pasado los años, cómo han cambiado las cosas, y aquí estamos lado a lado…», No por ser obvio deja de ser cierto, y tan cierto, han pasado los años y las cosas han cambiado, ya no es un valor seguro invertir en vivienda, se deprecia escandalosamente de año en año y además mata, tampoco es segura la inversión en banca, a pesar de que la banca siempre gana y cómo gana y de que manera. Pero aquí estamos y ahora lado a lado, más que nunca y no frente a frente que ya no somos adolescentes, pero si que nos miramos sin hablar, en estos mundos tan diferentes.

Los héroes están en los cementerios, los cobardes pensando si les pasará algo y mientras pasa la vida. O te mueves o caducas, y hacía donde moverse, a dar vueltas y vueltas para no encontrar nada o para matar el tiempo y que no nos vean sin tener nada que hacer. Los tiempos que vivimos son difíciles, sin duda, también lo fueron los anteriores, incluso más; pero nos hemos acostumbrado a que los tiempos no cambien y eso nunca ha sucedido y estos tan difíciles han vuelto a poner los lindes donde estaban o más cerca si cabe y se nos hace angosto el campo y lo vemos yermo y ese abandono de lo que nos ofrecía con cierta dificultad unos humildes pero sanos beneficios nos hace murmurar en secreto, nada nos va separar, nada nos va separar porque vemos un último refugio si la situación no da para más y esto no levanta el vuelo.

Las vueltas que dio la vida, y nuestra prosperidad fue creciendo y nos fue envolviendo, pero el tiempo no ha podido hacer que pase nuestro afán de más prosperidad y nos lanzamos al abismo de los mercados con la ayuda de los que sólo ven indicadores, cuotas de mercado, tendencias y resultados, y aquí estamos solos, solos ante la dificultad, con lo mínimo algunos y sin nada otros, pero aún estamos.

Si parece que fue ayer que nos vimos por entero y murmuramos, somos europeos y nada nos va pasar, pero el tiempo ha hecho que nos pase, que nos pase lo que nos tenia que pasar, que somos de segunda velocidad, de momento y que no vales por lo que te valen sino por lo que vales y que nada ha cambiado, que hay unos pocos que siguen siendo más ricos y que los demás tenemos que seguir buscando el sustento día a día.

No es tiempo para salir alegremente de fiesta y gastarnos lo que no tenemos, pero tampoco podemos quedarnos ensimismados esperando a que alguien venga a echarnos una mano, porque no vendrá nadie y nos llevara la marea por muy pequeña que sea. Es tiempo de recordar y aprender de los errores del pasado y corregir lo que probablemente fue una de las razones que nos llevó a esta situación, la fé ciega en el sistema. Ningún sistema es perfecto y menos el socio-político-económico en el que vivimos, por lo que, por mucho que los indicadores digan que crecemos hacia el pleno empleo y que somos el buque insignia de la prosperidad, tenemos que tener presente siempre que esta situación es pasajera y que debemos adaptar nuestras circunstancias a una medida muy razonada y si tenemos dudas siempre seguir la peor opción, y aún así podremos tener dificultades.

Fluía el río tan lleno que las ganancias eran desbordantes y ese río tan revuelto a atraído pescadores, que en muchas ocasiones no sabían nadar y han perecido en las turbulencias, otros se han llevado un buen apuro, pero los peces gordos como siempre compran el pescado en tierra firme sin riesgo de zozobrar. Y esa gran riada ha dejado hambre, destrucción y muerte, y los que sobreviven salen fortalecidos dicen algunos. Los que sobreviven, sobreviven, no se ve nada en el horizonte la tierra esta fangosa y en unos años no volverá a ser productiva y si lo es lo será con mucho trabajo y esfuerzo y hay que estar aquí para vivirlo.

No dejes de intentarlo, no dejes de vivir, aunque sea con lo estrictamente necesario o con un poco menos, no podemos permitir que no vuelva a crecer la hierba con sus tiempos y no con crece pelos, no dejes de cuidar a los tuyos, que no son indicadores ni cuotas de mercado, por mucho que algunos lo intenten. No dejes de cuidar lo tuyo y de comprar lo que necesitas, aunque no lo compres más que en las tiendas de toda la vida, no dejes de contratar con la pequeña empresa, las grandes multinacionales si que miran los indicadores y las cuotas de mercado y en función de estos fijan sus estrategias, sus margenes y sus presiones sin tener en cuenta las personas ni los abusivos beneficios. Somos hormigas y el hormiguero esta destruido, pero con la mínima colaboración y esfuerzo de todos no dejaremos a nadie por el camino y lo reconstruiremos y nada será igual y no habrán podido hacer que pase lo nuestro, y habremos aprendido la lección y nada nos cambiará.